Dexter (2ª Temporada)

Mi diablo ha bailado con su demonio y el violinista tardará en acabar”. Con estas palabras termina la primera y empieza la segunda temporada. ¿Prometedora?

Vengo aquí a tirar cadáveres, no botellas de cerveza. Me preocupa”. Grandes frases ocupan los primeros minutos de una temporada en la que vemos a un Dexter cambiado y aún traumatizado por la muerte de su hermano. ¿Podrá superar su último asesinato?

A esta circunstancia hay que añadirle otra, la de su compañero Doakes que ya en la primera temporada desconfiaba de él y ahora está dispuesto a seguirle a todas partes con tal de obtener su respuesta. Esto atormenta continuamente a Dexter ya que vigilado por Doakes todas las noches, no puede dar rienda suelta a su “habilidad”.

Por otro lado, vemos cómo Deb también aparece cambiada debido a las secuelas del trágico suceso ocurrido semanas antes. El hilo argumental es lineal y cronológico con lo que detalles de hechos ocurridos antes afectarán a los personajes del presente que aún no los han superado del todo. Un ejemplo claro de ello ocurre en la escena del crimen en el rompeolas, donde unos curiosos reconocen a Deb e intentan sacarle fotos. Ella está a punto de perder los papeles pero en un intento de superación personal cambia su actitud como si no le importara el motivo por el que llama la atención. Ahora más que nunca Dexter y Debra están conectados ya que ambos tienen algo que ocultar a los demás, y aún más entre ellos, aunque sean cosas diametralmente opuestas. Simplemente…guardan las apariencias.


Sin palabras me he quedado ante el minuto 34 aproximadamente del primer capítulo. Dexter al descubierto…literalmente. O por lo menos la segunda parte del mensaje. Jamás pensé que se atrevieran a proponerlo tan pronto. Se nota que están deseosos de atrapar a más audiencia. Se han arriesgado mucho, sin embargo, su objetivo se ha cumplido ya que poca gente se quedará con solo la expectación de ese plato de curiosidad servido en bandeja de plata.

Un cuchillo, una bolsa negra, una mano, un antebrazo, una cabeza…típicas cosas que te puedes encontrar en el fondo marino de la ciudad de un asesino en serie oculto durante tanto tiempo.

Dexter, por el contrario, aún no tiene que preocuparse por eso. Un fracaso personal y una huida en un periodo tan corto de tiempo mientras hacía su “trabajo" no tiene que ser muy alentador para su especial personalidad.

Paul, el ex-marido de Rita también ha marcado un antes y un después en la trama de la serie, por eso no me gustaría dejarle en la estacada sin dedicarle al menos unas líneas. Lo único por lo que vive es por sus hijos aunque eso no quita que, según en mi opinión, no haya cambiado un ápice. Maltratador y traficante, Paul dejó a una Rita muy maltrecha en brazos de Dexter, que la creyó una compañera excelente debido a todo lo que había sufrido anteriormente. No obstante, Paul sufre ahora de nuevo las consecuencias de la cárcel por culpa de Dexter aunque, por el momento, nada está probado. Finalmente el trágico desenlace de este personaje involucra a Rita sintiéndose culpable por no haberle ayudado.

El corazón de Dexter late más deprisa que nunca. Por fin siente algo de verdad. Pero no es por algo feliz, dulce o alentador. Adrenalina pura cruza su cuerpo. Miedo a ser descubierto y que la gente conozca su verdadero yo. Expectación es lo que nos espera en los siguientes capítulos.


Continuará...

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